En el marco de la celebración del Día Internacional del Corazón 2023, Royal Philips e suma a los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Federación Mundial del Corazón para concientizar a la población sobre la importancia de los cuidados cardiológicos.
De acuerdo con la OMS, las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la principal causa de muerte en todo el planeta y se estima que cerca de 520 millones de personas en el mundo padecen patologías cardiovasculares, con 17.9 millones de muertes anuales asociadas a las ECV. En Chile, las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) indican que la segunda causa de defunción está asociada a cardiopatías, llegando al 25,6% del total de fallecimientos.
“Es muy importante que las personas comprendan que un buen cuidado del corazón se traduce en un mejor estado de salud en general. Los cuidados adecuados pueden reducir significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, como infarto de miocardio, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca y más. Estas enfermedades pueden ser debilitantes e incluso mortales, por lo que es esencial tomar medidas preventivas” señala Acauã Lattouf, country manager de Philips Chile.
Dentro de las ECV, una de las principales causas de muerte está asociada a paros cardiacos e infartos, siendo más común en hombres que en mujeres. El paro cardíaco y el infarto al corazón son términos médicos que a menudo se confunden debido a su similitud, pero en realidad se refieren a situaciones diferentes que involucran al corazón y pueden tener consecuencias graves si no se tratan adecuadamente.
Un paro cardíaco es una emergencia médica crítica, en la que el corazón deja de latir de manera súbita e inesperada, por lo que se transforma en una situación potencialmente mortal y requiere intervención médica inmediata. En esta condición, el corazón no es capaz de bombear sangre al cuerpo ni de mantener la circulación sanguínea. Como resultado, la persona afectada pierde la conciencia, deja de respirar normalmente y no tiene pulso. El paro cardíaco puede ser causado por diversas razones, como arritmias graves, traumatismos severos, ahogamiento y electrocución, entre otras.
Por su parte, un infarto al corazón, popularmente conocido como ataque al corazón, ocurre cuando una parte del músculo cardíaco se queda sin suficiente flujo sanguíneo debido a la obstrucción de una arteria coronaria, lo que suele ser causado por la formación de un coágulo sanguíneo en una arteria que suministra sangre al corazón. La falta de flujo sanguíneo provoca daño en el tejido cardíaco, lo que puede resultar en síntomas como dolor en el pecho, dificultad para respirar, sudoración y náuseas. Si no se trata de manera oportuna, un infarto al corazón puede llevar a la muerte del tejido cardíaco y afectar la función cardíaca.
Y dado que las exigencias a los departamentos de cardiología nunca han sido tan altas, Philips comprende que los diagnósticos definitivos, los procedimientos innovadores y la gestión personalizada de los pacientes son esenciales para ayudar a los profesionales de la salud a abordar estas demandas. Por esta razón, integra de manera única imágenes, dispositivos, software, informática y servicios en cada punto del recorrido de un paciente cardíaco para ayudar a los especialistas a obtener los mejores resultados. Así, las soluciones de cardiología de Philips llegan de un extremo a otro a través del proceso de atención para crear un ecosistema poderoso que ayuda a los profesionales de la salud a hacer realidad su visión de brindar una mejor y más eficiente asistencia.
Pero ¿qué hacer ante un infarto al corazón? Todos los especialistas concuerdan en que lo primero y más recomendable es contactar a los servicios de urgencia y seguir las instrucciones entregadas por el personal médico. Asimismo, recomiendan sentar o recostar a la persona afectada, permitiendo una adecuada ventilación y, en el caso de contar con la capacitación adecuada, iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
En ese sentido el country manager de Philips Chile agrega que “en estas situaciones la tecnología médica puede brindar un importante apoyo, ya que si contamos con un desfibrilador externo automático (DEA), podemos enviar al corazón del paciente descargas eléctricas controladas para intentar restablecer el ritmo cardíaco normal”.
Un DEA es un equipo que diagnostica y trata ciertas arritmias y paradas cardíacas, pudiendo así evitar la muerte del paciente. Es un aparato electrónico pequeño y ligero, normalmente portátil, que guía fácilmente al usuario utilizando instrucciones de voz. Una vez conectados sus electrodos al tórax del paciente, analiza el ritmo cardíaco y detecta si requiere tratamiento eléctrico o no, aplicándolo de ser necesario.
Por ese motivo, actualmente la industria tecnológica de la salud ha desarrollado un amplio abanico de productos de este tipo, entre los que destacan las soluciones Philips HeartStart HS1 y Philips HeartStart FRx, siendo el primero un completo sistema que incorpora una interfaz simple y fácil de utilizar, ya que cuenta con instrucciones por voz que guían al usuario a través de todo el proceso, desde la ubicación de las almohadillas hasta la aplicación de una descarga y de RCP. “El HeartStart HS1 incorpora tecnología de vanguardia que permite que, gracias a sus 9 voltios y 4,2 Ah, sea el aliado perfecto para enfrentar y estabilizar pacientes que estén sufriendo un ECV. Este equipo puede ser utilizado por cualquier persona, ya que ofrece instrucciones por voz muy precisas”, comenta Acauã Lattouf.
A su vez, el Philips HeartStart FRx es un desfibrilador que incluye características avanzadas de orientación de vida para ayudar a guiar el tratamiento de un paro cardíaco repentino. Con una configuración sencilla, indicaciones de voz claras y un diseño resistente, está diseñado para asistir y estabilizar a los pacientes en los primeros minutos de un ECV, momento critico en este tipo de accidentes.
En concordancia con lo anterior, los especialistas recomiendan instalar equipos DEA en aeropuertos, estaciones de metro y de trenes, paraderos de buses, estadios y, en general, en lugares de alta afluencia de personas. Su disposición debe ser estratégica y de fácil acceso, con el objetivo de que sean utilizados por quienes presencien un paro cardíaco y puedan fácilmente asistir al enfermo para intentar salvar su vida