Una locura de carnaval. Así fue la noche de Aruba, la Isla Feliz, en Santiago de Chile esta semana.
En un entretenido evento realizado en la terraza del hotel Hyatt Centric, la oficina de promoción de turismo de la isla de herencia neerlandesa destacó su próximo carnaval de febrero así como su compromiso con el turismo regenerativo, mediante bailes y una serie de testimonios de personalidades del mundo de la comunicación respecto de los atractivos de este destino del caribe que combina deportes, vida sana, cuidado ambiental, moda y mucha diversión.
En conversación con Cofibreik, Álvaro Caballero, director de la oficina de turismo Aruba para Chile y Perú explicó la razón del nexo.
«Este año se celebran 70 años del carnaval. Y es una instancia muy importante para la isla, porque básicamente toda la comunidad de la isla participa ya que es un carnaval inclusivo. Todos participan en el carnaval y es una instancia donde la comunidad de 100.000 habitantes, se reúne a celebrar la diversidad de la isla y a agradecer todas las cosas que la isla les da. Y bueno, y por supuesto que es un tremendo imán para los turistas.
De acuerdo con el análisis de la oficina, existe una tasa de satisfacción muy alta también se da una tasa de repetición muy alta. «Uno de cada cuatro visitantes chilenos vuelve a Aruba. Y no una vez, sino que tenemos pasajeros que vuelven todos los años y ya tenemos varios pasajeros que tienen una tasa de repetición cerca de 5 o 6 veces al destino», recalca Caballero.
Y es que, a pesar de que es una isla muy chiquitita, tiene muchas cosas por hacer y ver, desde museos a gastronomía, conservación, y por supuesto la playa. De hecho, Eagle Beach en Aruba es la segunda mejor playa del mundo. Pero fíjate que hay muchas playas muy similares en Aruba. Playas que son públicas y se pueden recorrerlas con toda libertad y seguridad.
«A Aruba puedes ir solo, la vida nocturna es segura y tiene vida nocturna, pero también es un destino muy familiar por todas estas mismas razones. Buen clima, fuera de las zonas de huracanes y, por supuesto, hay actividades para la familia. Está el santuario de los burros, hay mariposarios, hay un montón de actividades para la familia», complementa el ejecutivo.
Llegar a Aruba no es difícil, aunque hay una gran distancia. Existen frecuencias diarias con Avianca y con Copa, y hay viajes cinco veces a la semana con LATAM. Dependiendo de la aerolínea el viaje puede durar entre 8 y 10 horas.
Ha que tener ojo, además porque para este Black Friday se esperan buenas ofertas en los vuelos.
«Recomiendo poner mucha atención. Primero compren los pasajes, y después nos preocupamos de la parte del hotel, del apartamento, de lo que sea», avisa Caballero.
En Aruba, la temporada alta parte ahora, en navidad, digamos, hasta Semana Santa. «Y la temporada baja podríamos hablar desde Semana Santa hasta el resto del año, con algunas salvedades, julio y agosto, que eventualmente son vacaciones de Norteamérica, y eso incide mucho en la demanda de la isla», explica el ejecutivo chileno.
TURISMO REGENERATIVO
Uno de los énfasis abordado por Álvaro Caballero fue el concepto de turismo regenerativo, entendido como la evolución del turismo responsable desde la perspectiva de Aruba.
El turismo responsable es cualquiera de nosotros que va a una playa y no bota la basura, sino que va y la deja en los lugares respectivos reciclando. Pero nosotros en Aruba estamos invitando a avanzar hacia el turismo regenerativo que tiene que ver con, nosotros como visitantes, dejar algo en la isla. La isla nos entrega todo este entorno maravilloso, entonces tenemos que ser capaces de no solamente ir y consumir y gastar y decir aquí estamos, pasándolo después, sino que además dejar algo en la isla. Vamos a promover con mucha fuerza que los mismos visitantes tengan la posibilidad de participar en estas actividades donde se hace cuidado las playas, donde se hace cuidado de ciertos lugares (…) y así concientizar al visitante y que básicamente sea una relación balanceada entre lo que nosotros entregamos por la isla a lo que el turista entrega en su visita», detalla el ejecutivo.
Desde esa perspectiva fue que Álvaro Caballero además recalcó lo que en Aruba se dio a conocer desde mayo de este año: el cierre o congelamiento de los permisos para consturir más hoteles.
«Los que están hoy día en construcción y terminan este próximo año son los últimos hoteles que van a entrar a la oferta de habitaciones formales, las que hoy bordena las 4 mil camas», indicó.
Y es que, segpún el sitio noticia impacto, «en respuesta a las inquietudes generadas por el rápido avance de la industria hotelera en Eagle Beach, la Primera Ministra Evelyn Wever-Croes ha enfatizado la postura de su gobierno de no otorgar más terrenos para la edificación de nuevos hoteles en la isla. Wever-Croes subrayó que el terreno actualmente destinado a la construcción de un hotel en Eagle Beach fue asignado entre los años 2005 y 2008, durante la administración del Gobierno de AVP.
La decisión gubernamental de limitar la asignación de terrenos para nuevos hoteles ha generado opiniones mixtas en la isla, con algunos sectores elogiando la medida como una forma de preservar el medio ambiente y la calidad de vida de los residentes, mientras que otros expresan preocupación por el impacto económico y la competitividad turística a corto plazo de Aruba.
Con estas medidas, el gobierno de Aruba busca equilibrar el desarrollo económico con la preservación del entorno natural, asegurando un crecimiento turístico sostenible que beneficie tanto a la economía local como al medio ambiente a largo plazo».
Suena contraintuitivo en un país que vive en 90% de su turismo, pero «es justamente porque nosotros creemos que este turismo recreativo que tiene que terminar este turismo sustentable requiere medidas concretas. Y una de ellas es que no podemos seguir haciendo crecer la isla. La isla tiene cierta capacidad de recibir gente. Por lo tanto, esa capacidad va a estar limitada a la cantidad de habitaciones que existan hoy día», culmina Caballero.