Al menos 21.347 personas han muerto en conflictos, incluyendo a más de 5.800 civiles -adultos y niños- asesinados, a pesar de la adopción de una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que solicitaba un cese de hostilidades hace 90 días.
En lugar del cese al fuego que permitiría a organizaciones humanitarias enfocarse en la atención de la pandemia del COVID-19, la violencia que prevalece tiene a millones a las puertas de la hambruna y obstruye los esfuerzos por contener y prevenir la enfermedad.
Organizaciones humanitarias líderes urgen a los jefes de Estado y gobierno que se reúnen hoy en el Consejo de Seguridad, en Nueva York a renovar el cese al fuego y acelerar la respuesta al COVID-19, para accesar zonas en conflicto afectadas por la crisis humanitaria.
El Secretario General de Naciones Unidas emitió el llamado para un alto al fuego global en marzo anterior; sin embargo, se percibe poco progreso, pues los grupos armados continúan en conflicto. Esto ha contribuido a un devastador incremento en la inseguridad alimentaria y la amenaza de hambruna causada por el conflicto.
La ONU emitió una alerta la semana anterior de riesgo de hambruna inducido por el conflicto en Sudán del Sur, Yemen, la República Democrática del Congo (RDC) y el noreste de Nigeria. Los impactos económicos de la pandemia solo han agravado la inseguridad alimentaria, con un estimado de 110 millones de niños y niñas que sufrirán hambre a nivel global, como resultado de la pandemia.
En Sudán del Sur, el incremento de la violencia intercomunitaria ha contribuido a que cerca de 6,5 millones de personas, o más de la mitad la población, enfrente niveles elevados de inseguridad alimentaria. En Yemen, donde las organizaciones humanitarias enfrentan barreras extremas para alcanzar a los más necesitados, los civiles continúan siendo víctimas de ataques aéreos y niveles agudos de inseguridad alimentaria. En la RDC, los trabajadores humanitarios han sido víctimas de ataques recientes y los niveles de hambruna se han disparado en el distrito de Ituri, como consecuencia del conflicto armado.
La ausencia de avances tendientes a la paz está dejando a millones de personas a expensas de los impactos de la guerra y la emergencia sanitaria, advierten diversas organizaciones humanitarias, cuyo acceso a las poblaciones extremadamente vulnerable es limitado.
Conforme el virus continúa incrementando el sufrimiento y acelerando la amenaza de una hambruna en zonas en conflicto, es vital que los líderes políticos ejerzan presión para hacer efectivo el llamado al cese de hostilidades para facilitar el acceso seguro y sostenido de los trabajadores humanitarios y acelerar la respuesta al COVID-19 y la ayuda en zonas de conflicto.
Andrew Morley, Presidente de World Vision Internacional afirmó que “el efecto del COVID-19 arruinará los futuros de una generación completa de niños y niñas, a menos de que actuemos ahora. Como nunca, son las vidas de los más vulnerables las más golpeadas por el conflict y las que en están bajo mayor riesgo. Para quienes soportan esta inmensa, presión, hacemos el llamado a la paz, es la única forma de brindar ayuda. Todas las partes en conflicto deben cesar hostilidades y respetar las vidas de los trabajadores humanitarios y de la salud. La comunidad internacional debe proveer recursos para responder en los contextos más frágiles. Esta es una pandemia, y solo si actuamos unidos, de manera global seremos efectivo.
Inger Ashing, CEO de Save the Children manifesto que “el tiempo se está agotando peligrosamente. Las alarmas ya están anunciando el potencial de hambrunas masivas en al menos cuatro países, como resultado de la pandemia. No es concidencia de que muchos países en mayor riesgo sean aquellos inmersos en un conflict, y la niñez, con demasiada frecuencia, es la que paga el precio. Un cese de hostilidades de 90 días puede ser abrir una línea vital para prevenir una hambruna masiva y proteger a toda una generación de niños y niñas”.
David Miliband, CEO del Comité Internacional de Rescate aseveró que: “Es necesario ejercer un músculo diplomático serio para apoyar un cese al fuego global. Ningún esfeurzo para vencer el COVID-10 será exitoso mientras los conflictos sigan amenazando a los civiles y centros médicos. Más que nunca, se necesita la cooperación global que representa la ONU para luchar contra este virus”.
RadhyaAl-Mutawakel, Presidente de la Organización de Derechos Humanos, Mwatana expresó: “Después de más de seis años de conflicto, los yemeníes están desesperados por tener un mecanismo que prevenga una hambruna que cobrará más vidas que las bombas y las balas. Necesitan paz, justicia y rendición de cuentas y necesitan que el Consejo de Seguridad y todos los gobiernos todos los gobiernos con acceso a las partes en conflicto usen su poder de persuasión para garantizar una paz sostenible y duradera”.
Abby Maxman, Presidente de Oxfam América afirmó: “Para eliminar los conflictos, necesitamos urgentemente el cese de fuego sostenible. Y para que eso suced, los líderes deben escuchar a aquellos directamente impactados por el conflicto, especialmente a los grupos de mujeres. Las mujeres tienen amplia experiencia y han sido exitosas en negociar ceses de fuego temporales para permitir el paso de ayuda humanitaria y evacuar a civiles, así como su significativa capacidad de asocio para para atender las causas raíz del conflicto y construcción de compromisos de cara a acuerdos. Conforme luchamos contar la pandemia del COVID-19 juntos, los estados miembros deben asegurar que las mujeres y las personas jóvenes sean incluidas en la respuesta en todo nivel de decisión. Ahora más que nunca, necesitamos perspectivas y talentos diversos para vencer este enemigo común”.
Angelina Nyajima Jial, Directora Ejecutiva de Restauración de Esperanza en Sudán del Sur manifesto que: «En Sudán del Sur necesitamos urgentemente que los conflictos cesen porque muchas de nuestras comunidades están atrapadas por la violencia y enfrentan el hambre. Sin paz, más mujeres, niños y niñas serán forzados a abandonar sus hogares. Necesitamos que la comunidad internacional insista con firmeza en un cese al fuego e incremente la asistencia humanitarian para prevenir más pérdidas de vidas”.
Las organizaciones de ayuda humanitaria están urgiendo a los miembros del Consejo de Seguridad y a la comunidad internacional a:
Tomar acción urgente para asegurar el cese global de hostilidades, por al menos 90 días y garantizar una pausa humanitaria renovando su llamado al cese de conflicto.
Involucrar a todas las partes de los conflictos armados, proveyendo apoyo político de la Secretaría General de Naciones Unidas y su enviado especial y otros actores del proceso de mediación en los esfuerzos de negociación en curso.
Acelerar la respuesta internacional al COVID-19 en situaciones de conflicto armado o crisis humanitaria, asegurando el financiamiento del Plan Global de Respuesta Humanitaria y de llamados humanitarios específicos.
Asegurar medidas de compromiso a nivel de país para facilitar el acceso de las personas más vulnerables a ayuda, mientras se garantiza la seguridad de los trabajadores humanitarios y de salud y la observancia de los principios humanitarios y reconociendo el desproporcional impacto negativo de la pandemia sobre las mujeres, los niños y niñas, adultos mayores, personas con discapacidad, refugiados y poblaciones desplazadas internamente.
SUSCRITO POR: Save the Children, International Rescue Committee, World Vision International, Oxfam América, CARE International, Acción contra el Hambre, Humanidad e Inclusión (Handicap International), Hope Restoration South Sudan, Mwatana Organisation for Human Rights, Progressive Voice