Integrando datos provenientes de literatura científica e investigaciones nacionales, Data Observatory (DO) lanza “Rasgos-CL”, una plataforma web que, de forma dinámica y con una interfaz centrada en el usuario, pone a disposición de la comunidad científica, académica, el sector público y la ciudadanía en general, una base de datos que responde a la necesidad de investigar patrones de la diversidad vegetacional de Chile a grandes escalas espaciales, desde una perspectiva funcional.
Centrándose actualmente en especies de la flora nacional, con datos de más de 700 especies, su objetivo es promover el desarrollo de nuevas investigaciones sobre biodiversidad chilena, fomentando la generación de conocimiento en el área y la promoción de su conservación. La iniciativa, liderada por el investigador Dylan Craven (DO), se presenta como un proyecto en crecimiento constante, invitando a investigadoras e investigadores a contribuir con sus datos sobre rasgos funcionales, permitiendo ampliarse a otro tipo de especies.
Los rasgos de una planta corresponden a las características morfológicas, fisiológicas, estructurales o fenológicas que influyen en la reproducción, crecimiento y supervivencia de una especie. La plataforma incluye datos históricos desde 1833 hasta 2023, y más de 25.000 registros de rasgos de especies.
La disponibilidad de estos datos contribuyendo a los principios FAIR, de modo que sean fáciles de encontrar, accesibles, interoperables y reutilizables.
«Este es un claro ejemplo de cómo la ciencia de datos aplicada y el desarrollo de ciencia abierta permite generar sinergias para tener una mirada objetiva de nuestros ecosistemas y así tomar mejores decisiones que permitan el desarrollo sostenible de nuestros bosques y sus ecosistemas. El desarrollo de nuevas tecnologías y el capital humano científico de Chile, permite impulsar estrategias que vinculan al Estado, la academia, el sector privado y la sociedad civil, en función de proyectos en común», sostiene Rodrigo Roa, director ejecutivo de Data Observatory.
Por su parte, Aníbal Pauchard, director del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académico de la Universidad de Concepción (UdeC), precisó: «para hacer ciencia en un mundo tan globalizado y competitivo tenemos que colaborar y para ello miramos la crisis de la biodiversidad, con ciencia de calidad y respondiendo a las necesidades de la sociedad. Así, entendemos la colaboración como un motor fundamental del desarrollo científico para la sociedad».
La herramienta pone a disposición un mapa de diversidad funcional, que a modo de ejemplo, permite identificar la región que tiene las semillas más pesadas, o la región donde más plantas dependen de animales para dispersar sus semillas. También ofrece gráficos para la evaluación de las plantas leñosas de Chile según sus características, entre ellas altura máxima y tipo de hoja; y la comparación simultánea de hasta 4 especies, incluyendo fotografía, rango de elevación y el estado de conservación.
«Los datos abiertos que alimentan la plataforma fueron extraídos desde libros, artículos científicos, guías de parques o áreas naturales. Incluye datos históricos desde 1833 hasta 2023, y también considera fuentes institucionales públicas como INIA (Instituto de Investigaciones Agropecuarias) e INFOR (Instituto Forestal). Hemos compartido públicamente los datos usando estándares internacionales para la nomenclatura científica y los rasgos funcionales, para asegurar que los datos sean confiables y fáciles de acceder y usar», sostiene Dylan Craven, investigador titular de Data Observatory.
Data Observatory espera que la plataforma sea accedida libremente por estudiantes (de colegio y de educación superior), investigadores y académicos, tomadores de decisiones en recursos naturales y áreas afines en el sector público y privado, además ONG`s de la sociedad civil organizada.