El Banco Central de Chile publicó el Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre de 2024, el que se enmarca en un escenario en el cual la inflación llegó a 4,2% anual en noviembre, situándose por sobre lo anticipado hace unos meses.
De acuerdo con el documento, esta mayor inflación obedece a una combinación de factores de costos, entre los que destaca la depreciación del peso y el aumento de los costos laborales locales.
El IPoM explica que la depreciación del peso ha ocurrido en un contexto de fortalecimiento global del dólar y un escenario mundial más incierto, gatillado en gran parte por las tensiones bélicas en curso, los temores en torno a la situación fiscal y de deuda soberana en el mundo, el impacto de una posible reconfiguración del comercio internacional y dudas respecto de las políticas que adoptará el nuevo gobierno de Estados Unidos.
Por su parte, los indicadores de salarios han mostrado tasas de expansión significativas, pese a la debilidad del empleo, incremento que se explicaría por varios factores, entre otros por la recuperación de las remuneraciones reales tras la alta inflación de años previos y el reajuste del salario mínimo.
El IPoM destaca que el alza de los salarios ha tenido efectos directos en algunos ítems del IPC, lo que se suma a las presiones de costos de las empresas.
El Instituto Emisor prevé que la inflación cierre este año en 4,8% y que el primer semestre de 2025 fluctúe en torno a 5%. Sin embargo, a mediano plazo, en la medida que las presiones de costos ceden la inflación comenzará a bajar, de la mano del comportamiento de la demanda interna más débil y una apreciación real gradual del peso. Así, el IPoM proyecta que la convergencia a la meta de 3% ocurrirá a inicios de 2026, en línea con lo estimado previamente.
Actividad económica
El IPoM señala que la actividad económica del tercer trimestre estuvo dentro de lo anticipado en el informe de septiembre, mientras que la demanda interna creció menos.
A nivel de sectores, destacaron los resultados favorables de la industria y la minería del cobre, así como el impulso de la demanda externa reflejado en las exportaciones. En tanto, servicios financieros y empresariales y la construcción mostraron un desempeño más bajo.
Respecto del gasto, el Banco Central da cuenta de un consumo privado más débil en contraste con un mayor consumo público. Esto último, en un contexto de una débil creación de empleo (INE), y de una estabilidad en el empleo formal tras una caída relevante en trimestres previos según registros administrativos (AFC y AFP). Destaca el rezago en la recuperación del empleo de algunos sectores intensivos en mano de obra (INE) y grupos de menor nivel educacional (INE).
En relación a la inversión, el informe da cuenta de que el desempeño de la formación bruta de capital fijo (FBCF) ha estado en línea con lo anticipado y se mantiene un comportamiento dispar entre componentes y sectores. Así, maquinaria y equipos mantiene un mayor dinamismo frente al estancamiento de construcción y obras. Por rubros, la dinámica de la inversión en la minería vuelve a contrastar con el rezago de otros sectores.
El crédito, por su parte, se mantiene débil, con una demanda por financiamiento acotada y tasas de colocación de corto plazo que están reflejando los recortes de la TPM.
En este escenario, las tasas de interés de largo plazo han seguido las tendencias globales, con tasas que permanecen altas.
El IPoM proyecta que la economía chilena crecerá 2,3% este año, mientras que los rangos de crecimiento del PIB previstos para 2025 y 2026 se mantienen en 1,5-2,5%.
Asimismo, las proyecciones también incluyen un mayor empuje del sector externo, que se compensa por el menor impulso en el gasto de hogares y empresas.
Política Monetaria
En su comunicado de ayer el Consejo destaca que el panorama inflacionario de corto plazo se ha tornado más desafiante producto de mayores presiones de costos, lo que hará fluctuar la inflación en torno a 5% durante el primer semestre de 2025. Con todo, en el mediano plazo, la mayor debilidad de la demanda interna mitigaría las presiones inflacionarias.
De concretarse los supuestos del escenario central del IPoM de diciembre, la TPM seguirá una trayectoria decreciente en el horizonte de política. El balance de riesgos para la inflación está sesgado al alza en el corto plazo, lo que releva la necesidad de cautela.
Considerando lo anterior, el Consejo señala que irá acumulando información respecto de la marcha de la economía para evaluar la oportunidad en que se reducirá la TPM en los próximos trimestres.
En este IPoM, el escenario de sensibilidad que define el borde superior del corredor de la TPM está asociado a un mayor impacto de las presiones de costos, mientras el límite inferior se relaciona con los efectos de la mayor incertidumbre y debilidad del escenario internacional que debilita la evolución del gasto interno.
De acuerdo a lo informado en la reunión de política monetaria de ayer, el Consejo reafirma su compromiso de conducir la política monetaria con flexibilidad, de manera que la inflación proyectada se ubique en 3% en el horizonte de dos años.
Los escenarios de riesgo en este informe, en tanto, se vinculan a la situación global, en particular del lado financiero, pero con consecuencias más severas que podrían llevar a movimientos de la TPM por fuera del corredor.