La primavera, que inicia oficialmente el 23 de septiembre, es una de las estaciones más esperadas. Este período es uno de los preferidos por muchos debido al aumento de las temperaturas y la oportunidad de disfrutar de actividades al aire libre tras los meses más fríos.
No obstante, la llegada de esta temporada también implica un aumento en las alergias y otras afecciones relacionadas con el polen y los cambios climáticos. Las alergias estacionales son comunes en esta época, ya que se intensifica la polinización de plantas, árboles y flores, así como la liberación de esporas de moho, que pueden afectar el sistema respiratorio de muchas personas.
Estos elementos, al flotar en el aire, pueden desencadenar síntomas como congestión nasal, estornudos, picazón en los ojos y fatiga, causando malestar durante toda la estación.
“Es importante saber diferenciar un resfriado común de una alergia estacional, ya que el resfriado tiene una duración limitada, entre cinco y siete días, mientras que la rinitis alérgica primaveral dura toda la estación”, explica el Dr. Fernando Gómez, docente de la carrera de Medicina de la Universidad San Ignacio de Loyola (USIL).
Uno de los efectos más incómodos de las alergias primaverales es la fatiga, que resulta de la reacción del sistema inmunológico al trabajar en exceso para neutralizar los alérgenos que considera amenazantes. Esta fatiga no solo afecta físicamente, sino que también puede influir en el estado de ánimo y generar problemas de sueño, en parte debido a la alteración de la hormona melatonina.
Además de las afecciones respiratorias, la piel también puede verse perjudicada en primavera. Problemas como el acné pueden agravarse por el aumento de la temperatura y la humedad. Asimismo, la dermatitis de contacto, que surge por alérgenos como el polen, se vuelve más común, al igual que las quemaduras solares por la mayor exposición a los rayos UV y las picaduras de insectos, que pueden provocar desde irritaciones hasta infecciones.
Para hacerle frente a estas afecciones, el Dr. Fernando Gómez, docente de USIL, recomendó:
- Evitar actividades al aire libre en días secos y ventosos, especialmente en las primeras horas del día, cuando los niveles de polen son más altos.
- Usar protector solar y vestimenta que cubra la piel al exponerse al sol, así como gafas de sol para proteger los ojos.
- Mantener las ventanas cerradas en casa y en el automóvil durante la temporada de alergias.
- Aplicar repelente de insectos y ducharse al llegar a casa para eliminar el polen de la piel y el cabello.
- Realizar actividades al aire libre después de una lluvia, que ayuda a limpiar el aire de alérgenos.
Dato: según EsSalud, la rinitis es una de las afecciones más prevalentes en el país, afectando a más del 40% de los niños y hasta un 20% de los adultos en 2020.