En un mundo cada vez más digitalizado, las empresas están adoptando políticas de digitalización para automatizar y optimizar sus procesos. Una de las áreas donde estas políticas han proliferado es en el reclutamiento y selección de personal, donde el uso de herramientas tecnológicas para aplicar test cognitivos a los candidatos se ha posicionado como una forma fácil, rápida y simple de realizar preselección de candidatos. Estos tests, que generalmente se administran a través de plataformas en línea, se han convertido en un pilar en el ámbito de la gestión estratégica de personas basada en datos, o people analytics.
Sin embargo, una reciente investigación realizada por Rosario Macera, investigadora del Instituto Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y académica de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Chile, invita a mirar críticamente el alcance de algunos de estos test cognitivos como herramienta de preselección.
El estudio se centró en un test específico de habilidades matemáticas que se asemeja a test cognitivos usados en reclutamiento. En particular, el test se enfoca en encontrar pares de números decimales que den una determinada suma, una tarea aparentemente simple pero que requiere una alta capacidad de procesamiento a través de una habilidad llamada working memory capacity.
“La working memory capacity es una habilidad que permite al cerebro humano retener y procesar información simultáneamente. La evidencia muestra que las personas con mayor working memory capacity tienden a tener más inteligencia fluida, y por lo tanto, cualquier test cognitivo que mida de forma aproximada esta habilidad, es estimado como un buen test para descartar candidatos”, señala Macera. A pesar de que estos test no miden directamente las competencias laborales, son utilizados como predictores iniciales debido a su bajo costo y facilidad de uso.
Los resultados del estudio muestran que las personas con más working memory capacity y con mayor rendimiento base en el test, tienden a desempeñarse peor en el test bajo condiciones de alta presión, un fenómeno conocido en la literatura de psicología como choking under pressure (bloqueo bajo presión).
El estudio replicó la posibilidad de bloqueo bajo presión midiendo el rendimiento de los participantes en el test bajo dos situaciones: una con bajos incentivos económicos y otra con altos incentivos económicos, simulando el estrés de una entrevista de trabajo. Los resultados confirmaron que aquellos con alto rendimiento cuando existe bajo incentivo, sufrían un notable descenso en su desempeño bajo alta presión. Esto se debe a que las personas con alta working memory capacity son más susceptibles a la interferencia del estrés en su habilidad para mantener y procesar información simultáneamente.
“Esta paradoja revela una implicancia crucial para las empresas: los test cognitivos digitales, aunque populares y eficientes, podrían estar eliminando a buenos candidatos. Esto subraya algo que ya sabemos desde la literatura económica: cualquier test debe ser un apoyo a la toma de decisiones, no un sustituto. Además, todos los test que identifiquen competencias para el cargo y no solo habilidades genéricas, son mejores opciones para el reclutamiento y la selección”, concluye Macera.