La economía colombiana en 2023 se encuentra en medio de una coyuntura desafiante que ha impactado significativamente el desarrollo empresarial y la cadena productiva del país. Factores como la inflación, altas tasas de interés, la fluctuación del precio del dólar y la incertidumbre económica han generado un impacto negativo en la liquidez de las empresas, llevando a muchas de ellas a acogerse a la ley de insolvencia para afrontar las adversidades financieras. Cesce, compañía aseguradora especializada en las áreas de crédito y cumplimiento, comparte información valiosa sobre la problemática que enfrentan las organizaciones en Colombia.
El Estudio de Supervivencia Empresarial en Colombia menciona que en 2017 se establecieron casi 297.000 nuevas empresas. Para 2022, solo sobrevivieron alrededor de 98.700, lo que equivale a una tasa de supervivencia del 33,5 %, con la mayoría de las salidas ocurriendo en el primer año. Según las fuentes públicas (registros ante cámaras de comercio, superintendencias, etc.), en lo corrido del año, más de 12 mil empresas han entrado en un estado de liquidación, y 308 se han acogido a la ley de insolvencia. Además, Confecámaras reporta que 164.435 empresas han ingresado al mercado colombiano durante el primer semestre del año, un 3,6 % menos que en el mismo periodo de 2022.
“Durante este 2023, hemos visto un aumento del 62% en los avisos de falta de pago, lo cual evidencia la dificultad de las empresas para cumplir sus pagos comerciales oportunamente, siendo Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla las ciudades con mayor número de empresas afectadas. Esta dinámica económica en constante cambio y adaptación a un entorno competitivo resalta la necesidad de soluciones que protejan la estabilidad empresarial, pero también se traducen en nuevas y mejores oportunidades de negocio”, señaló Manuel Arévalo, Presidente & CEO de Cesce Colombia.
El escenario económico desafiante se ha visto agravado por factores macroeconómicos, que han planteado obstáculos significativos para las empresas que luchan por mantener su estabilidad financiera y su continuidad operativa. A su vez, la insolvencia empresarial se ha visto influenciada por distintos fenómenos, entre ellos:
- Inflación: la constante presión inflacionaria, que aún se mantiene por encima del 10 %, ha aumentado los costos operativos de las empresas, disminuyendo su capacidad para mantenerse a flote.
- Tasas de interés: las tasas de interés no han cedido como muchos esperaban en los últimos anuncios del Banco de la República, afectando la carga financiera de las empresas, lo que ha llevado a situaciones de insolvencia y reducidas opciones de financiación.
- Devaluación: la fluctuación en la tasa de cambio del dólar ha impactado negativamente a las empresas que dependen de importaciones o exportaciones. Aunque el peso colombiano se ha mantenido como una de las monedas más fuertes en la región, las repentinas subidas y bajadas han generado un entorno más incierto, lo que dificulta la toma de decisiones y la consolidación de negocios.
- Incertidumbre político-económica: la incertidumbre general en el mercado ha dificultado la planificación a largo plazo y ha aumentado los riesgos comerciales. Esto ha llevado a que las empresas y los hogares sean cada vez más conservadores con sus recursos, lo que, a su vez, ha provocado una contracción del consumo y un flujo de efectivo reducido hacia nuevos negocios.
Estos desafíos empresariales han tenido un impacto generalizado, afectando a diversos sectores económicos en Colombia. Tres de los sectores más afectados han sido:
- Comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos automotores y motocicletas: con un total de 85 empresas que se han acogido a la ley de insolvencia y 2.472 se encuentran en estado de liquidación, este es uno de los sectores que más se ha visto impactado por la incertidumbre económica.
- Industrias manufactureras: dentro de este sector, ya son 58 empresas declaradas en insolvencia y 1.335 en liquidación.
- Construcción: uno de los más importantes para la ocupación y desarrollo del país, 41 empresas de este sector están en insolvencia y 1.139 en liquidación.
La insolvencia en estos sectores ha impactado directamente en la ocupación de los colombianos y ha generado una urgente necesidad de protección contra los riesgos financieros que amenazan la estabilidad de las empresas. Según el informe del mercado laboral del DANE, el sector de comercio y reparación de vehículos automotores representa el mayor porcentaje de personas ocupadas en el país, con un 17,5 %. Le sigue la industria manufacturera con un 10,8 % y la construcción con un 7,4 %.
Uno de los recursos que está cobrando cada vez más relevancia en esta situación es el seguro de crédito. Su importancia se ha vuelto evidente, pues no solo protege a las empresas contra la insolvencia, sino que también vela por la seguridad económica de todas las personas que trabajan en ellas y en la cadena productiva en la que participan.
“La situación económica actual en Colombia ha destacado la necesidad de poderosas herramientas de gestión empresarial para garantizar la estabilidad financiera de las empresas y su contribución a la cadena productiva del país. Proteger la liquidez y el flujo de caja no solo resguarda la sostenibilidad y desarrollo de las empresas, sino que también respalda a todos los colombianos que dependen de su éxito. Solo en el primer trimestre del año hubo un total de 254 solicitudes de insolvencia en todo el país, resaltando al seguro de crédito como un aliado fundamental en la búsqueda de soluciones que permite a las empresas mitigar la incertidumbre y superar los desafíos económicos sin precedentes”, concluye Manuel Arévalo, Presidente & CEO de Cesce Colombia.