Clases suspendidas en 77 comunas (hay 542 colegios con daños estructurales), puentes cortados, estadios bajo el agua, la totalidad de las localidades en donde se produce el alimento que consume casi todo el país, en emergencia agrícola (hablamos de O’Higgins, el Maule, Biobío y Ñuble), alerta por turbiedad del agua en algunos ríos. Suma y sigue.
Como es de suponer, todos estos hechos provocados por el temporal que afecta la zona centro sur eran difícilmente predecibles en cuanto a su magnitud, al daño. Si bien Chile es uno de los países que lidera en la región en cuanto a la infraestructura con la que contamos para mantenernos conectados, la naturaleza no perdona, los árboles ceden, los cables se cortan, la nieve interrumpe los caminos, la electricidad se ve suspendida.
En este contexto, las redes de comunicaciones se posicionan como un pilar fundamental en la respuesta y la recuperación ante emergencias. Son el enlace que une a las personas afectadas con los servicios vitales y el apoyo necesario. Entre las herramientas que han demostrado su competencia en situaciones adversas se encuentran los satélites, cuya capacidad de proporcionar conectividad estable frente a condiciones extremas es ampliamente probada.
La tecnología satelital es hoy en día una alternativa confiable en situaciones de crisis que puede contribuir junto al resto de las tecnologías, a que las autoridades cuenten con todas las herramientas disponibles para establecer estrategias y planes. En este sentido desde Hughes nos ponemos a disposición de las autoridades para trabajar en conjunto, y así tener la capacidad de evaluar daños, coordinar rescates y brindar respuesta en los momentos oportunos, haciendo frente a las situaciones de catástrofe.
Raúl Peñailillo, director de Operaciones y Ventas de Hughes