Los efectos de la pandemia están exacerbando las brechas de género. Desde la violencia, seguridad y protección social, las mujeres se han visto más afectadas que los hombres. Esto se suma a la desigualdad que crece en materia laboral, pues varios estudios muestran que la crisis actual estaría afectando especialmente la empleabilidad de las mujeres.
La necesidad de disminuir la segregación entre hombres y mujeres en el empleo, y las diferencias salariales, se hace más imperativa producto del COVID 19, por lo que en el Día Internacional de la Mujer de este año cabe cuestionarse las razones por las cuales la pandemia afecta particularmente el mercado laboral femenino.
La respuesta la podemos encontrar en la suspensión de actividades presenciales en materia educativa y de cuidados, lo que implicó un aumento de las labores domésticas, recaídas históricamente en las mujeres; por lo que el teletrabajo ha significado un desafío disímil en materia de género. Si ya antes de la pandemia se hablaba que las mujeres destinaban más del doble de horas que los hombres a responsabilidades en el hogar no remuneradas, el aumento en la carga de estas tareas ha significado una realidad que profundizó las brechas laborales. Esta situación ha afectado no solo la decisión de participación laboral de las mujeres, sino también las posibilidades de desarrollo y crecimiento en el ámbito profesional.
Para abordar entonces las desigualdades entre hombres y mujeres en cuanto a la disponibilidad de tiempo para el trabajo se hace necesaria la eliminación de estereotipos de género. Para eliminarlos se requiere educación desde la primera infancia, en las universidades y lugares de trabajo. Las mujeres deben poder vivir en una sociedad igualitaria, sin estigma, estereotipos, ni violencia. Hoy más que nunca urge que la llamada corresponsabilidad se haga equitativa.
Chile forma parte de los países miembros de la Organización de Naciones Unidas que suscribieron un nuevo programa de desarrollo sostenible para la Agenda 2030, entre los que se cuentan acciones concretas hacia la igualdad de género. En ese contexto el Estado debiera hacerse cargo del llamado que hace la ONU a abordar los efectos en términos de género de esta pandemia.
Para lograr incrementar la participación de la fuerza laboral, reducir la brecha salarial y promover la participación de mujeres en puestos de liderazgo, el Estado y toda la sociedad deben comprometerse con la equidad de género.
Priscilla Brevis es Académica de la Escuela de Derecho de Universidad de Las Américas